BIENVENIDOS

SOMOS UN GRUPO DE MADRES CON DIFERENTES EXPERIENCIAS PERSONALES Y/O PROFESIONALES QUE NOS REUNIMOS UNA VEZ A LA SEMANA PARA AYUDAR A OTRAS MADRES Y PADRES EN LA MARAVILLOSA TAREA DE CRIAR NIÑOS Y EN ESPECIAL CON LA LACTANCIA MATERNA.

TE INVITAMOS A VENIR, ES GRATUITO Y ENCONTRARÁS APOYO.

martes, 24 de agosto de 2010

TESTIMONIO DE CRISTINA

Otra que ha vuelto al trabajo para quién fue duro pero que lo ha hecho como una campeona y comparte con nosotr@s su experiencia:

"A las nueve y media, como todos los días desde hace unos meses, me despierto con el suave gorgoreo de un bebe a mi lado. Podría ser una mañana cualquiera pero no lo es. He dormido mal, estaba nerviosa y he soñado mil cosas sin sentido. Podría ser un día cualquiera pero no lo esí, hoy vuelvo a trabajar después de pasar los seis meses más felices de mi vida.

No puedo evitar coger a mi bebe y comérmelo a besos, sé que esta tarde no lo voy a ver tengo que aprovechar este momento en el que estamos solos para decirle todo lo que le quiero. Después desayuno conjunto, me pongo manos a la obra o mejor dicho manos a la teta hay que dejar reservas para la tarde.

Una vez solucionado el abastecimiento, bandolera al hombro recogemos la casa.

A las doce pasa a vernos mi madre, no lo quiere decir pero ella también está nerviosa, nos da un beso y me recuerda que hace 31 años ella también pasó por esto. Nos despedimos con un abrazo. Me quedo más tranquila se que está de mi parte.

Queda una hora y media, descansamos un rato y teteamos todo lo que podemos, las pulsaciones van aumentando. A las cinco ya estoy vestida y peinada, como suele ocurrir en estos casos, hoy el pelo ha decidido independizarse de mi cuerpo, no hay manera de someterlo. Me preparo para irme.

Mis dos amores me acompañan hasta la puerta, un beso rápido al mayor y un abrazo para mi peque, no puedo hablar, abro la puerta y me voy. Bajo en el ascensor, bien, tranquila, consigo llegar al portal, de repente me doy cuenta que estoy saliendo por el acceso con rampa. No lo puedo evitar en ese momento los ojos se llenan de lágrimas, benditas gafas de sol y bendito Armani por hacerlas tan grandes.

Tengo un buen rato de camino. Por fin he llegado, ahora sólo tengo que entrar pero antes llamo a casa, necesito saber que todo va bien; ha mordisqueado tres trozos de pera y se ha tomado un poco de leche. Me tranquilizo. Entro.

Besos, abrazos, enhorabuena… durante tres horas apenas consigo sentarme en mi mesa. Por fin abro mi agenda; “15 de enero de 2010”, último día y un mensaje; “¡Hasta la vuelta!”. Qué ilusa pensaba que era una eternidad y se ha pasado rápido, muy rápido. Escribo; “11 de Agosto de 2010, ya nada será igual”.

Vuelvo a llamar a casa, he prometido que no más de tres llamadas, todo continua bien, oigo de lejos a mi bebe, los ojos se llenan de lágrimas. Rápido cuelgo o la noche será muy larga.

A las doce suena mi móvil, mi amor grande, ahora más relajado me cuenta todo lo que han hecho: el niño lleva más de una hora durmiendo y ha tomado bastante leche. Descanso. En dos horas estaré en casa con ellos.

El camino de regreso se me hace muy largo. Llego a casa casi corriendo, necesito verlo. Abro la puerta y al fondo del pasillo mis dos amores me esperan. Están despiertos pero muy contentos. Mi niño se ríe y se lanza a mí. Nos abrazamos los tres, ya estoy en casa. Mañana será otro día."

No hay comentarios:

Publicar un comentario